"España se presenta ya como un destino que no compite en precios, sino por ofrecer una oferta diferenciadora".
Tras los efectos de la pandemia, el impacto de la crisis energética e inflacionista, y la incertidumbre al estallar algunos conflictos bélicos en países vecinos a Europa, el sector turístico en España ha sido clave para que el país se recuperara económicamente, y sea hoy líder en el turismo sostenible.
Ya en 2022 superó con éxito las cifras previas al 2019. Sin ir más lejos, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), España sobrepasó los 228 millones de turistas, entre nacionales e internacionales. Este logro no solo se debe a la calidad del servicio –que sin duda es uno de los puntos fuertes del sector en el país– sino también al compromiso con la sostenibilidad y el bienestar del viajero.
Los esfuerzos de la industria turística española por superarse son evidentes, además de necesarios para seguir manteniéndose en su posición de liderazgo mundial. A nivel estatal, la Secretaría de Estado de Turismo está trabajando en la Plataforma Inteligente de Destinos, un proyecto que utiliza la digitalización para mejorar la experiencia turística y ofrecer servicios integrados de valor en el destino. Es una oportunidad tanto para trabajar de manera conjunta en alianzas público-privadas como para sacar conclusiones que estén alienadas con las necesidades
del sector, y la oferta de este.
Según CaixaBank Research, uno de los grandes retos de España es competir con destinos emergentes como Marruecos o Turquía debido a sus precios y sus ofertas llamativas. Son destinos con gran potencial en términos turísticos, y así lo afirman sus cifras: Marruecos cerró 2022 con 11 millones de turistas, dando empleo al 15% de su población activa; mientras que Turquía en los primeros meses de 2023 ya superó el 20% de viajeros respecto al año anterior. A pesar de ello, España se presenta ya como un destino que no compite en precios, sino por ofrecer una oferta diferenciadora. Esto lo avala Statista, que sitúa al país en segunda posición en el ranking del gasto turístico receptor en el mundo, solo por detrás de Estados Unidos.
Otro de los grandes retos es entender la sostenibilidad desde el punto de vista social y accesible. Vivimos en un país donde el envejecimiento de la población es cada vez mayor. La industria turística es consciente de ello, y sabe que debe fomentar la accesibilidad en todas sus infraestructuras públicas-privadas, aunque lleve años conseguirlo. Por ello la apuesta debe ir dirigida no solo a personas con algún tipo de discapacidad, sino a mejorar la experiencia desde el punto de vista del confort.
Existen empresas especializadas en experiencias accesibles que además la ofertan teniendo en cuenta las necesidades del viajero y la de sus propios trabajadores. Por ejemplo, In Out Hostel, asociado de Green & Human, cuenta con una plantilla en la que el 90% de personas tienen alguna discapacidad. Asimismo, ha instalado encaminadas y cruces podotáctiles destinados a mejorar la accesibilidad de las personas con limitaciones visuales.
Otro gran ejemplo es el proyecto +ASPASTourism, impulsado por Fundación ASPAS junto a Green&Human. Se trata de un centro de formación y capacitación en gestión turística destinada a personas con discapacidad o en riesgo de exclusión social. Pondrán en marcha un hotel escuela en el que dar la formación, al mismo tiempo que sirva de solución habitacional a personas sin hogar.
El sector turístico debe contar con empresas que tengan una visión holística para dar solución a problemas como la inserción laboral o la accesibilidad, entre muchos otros retos. Por ello, es importante contar con el expertise del profesional del sector y buscar proyectos que toquen todos los puntos de la sostenibilidad.
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