Entrevistamos a Gonzalo Miguel Gómez, biólogo especializado en el medio ambiente y el cambio climático. Uno de los desarrolladores del movimiento Plan-T y de los desayunO2s.
Gonzalo Gómez es Director de Sostenibilidad de ReTree, una empresa de reforestación digitalizada que tiene como objetivo recuperar la naturaleza y generar un modelo de sociedad sostenible. Siempre están innovando en proyectos. Uno de los últimos: los DesayunO2. Mesas redondas temáticas que agrupan a los líderes de cada sector.
ReTree nació hace casi 5 años. Como se suele empezar un proyecto, comenzó con una anécdota. Pedro, el fundador, vio las diferencias de color entre el mapa de Francia y el de España. Se dio cuenta que el de España era amarillo, mientras que el otro verde. A raíz de esto, decidió montar ReTree para volver a enverdecer un país que históricamente siempre ha tenido bosque.
Aunque en ReTree nos gusta centrarnos más en la figura del bosque que únicamente en la de los árboles, que ciertamente son la unidad más medible que lo componen estos ecosistemas.
Nuestro modelo surge para cambiar el paradigma de la reforestación, que la acción sea interesante y atractiva para que aquellas empresas privadas interesadas inviertan en esto, además de compensar la huella de carbono.
En este sentido, son las empresas que realizan proyectos de reforestación los motores de recuperación para los ecosistemas.
La reforestación no es algo nuevo y el desarrollo es inevitable. Nuestro objetivo es digitalizar todos esos datos que se han ido recopilando a lo largo de los años de forma manual. Queremos regenerar zonas emitiendo todos los datos asociados a un bosque. Por ejemplo, el número de árboles que se plantan, las horas de empelo que generamos en la comunidad local gracias a la contratación de personal, el CO2 que absorbe cada árbol, etc. Es decir, todas las medidas que ayudan a completar y reflejar el valor ecosistémico para la sociedad, ya que, si por ejemplo destruyésemos los ecosistemas que absorben CO2, tendríamos que reemplazar esto mediante tecnología extremadamente más cara de producir y mantener.
Generalmente trabajamos sobre suelo público. Aunque hay casos puntuales en los que dueños de terrenos nos ceden sus tierras para reforestarlas. Siempre llegamos a acuerdos para que esos árboles y esos ecosistemas que están protegidos, no se toquen en el período que nos concede la ley. Suele ser de unos 40-50 años.
No solemos estar en zonas protegidas, ya que se llevan desde otros estamentos y tienen sus propios planes de protección. Pero funcionamos de forma similar. Estamos alineados y lo que sí ocurre es que las zonas en las que trabajamos están muy cercas de esos espacios protegidos.
Son cosas que van de la mano, aunque a veces las separemos en nuestra cabeza. Si regeneramos una zona, no se puede hacer solo. Donde nosotros actuamos son ecosistemas que la regeneración no se da de forma natural. Lo que hace falta, por tanto, es actuar y eso lo hacen las personas. Y ya que medimos todas las métricas asociadas a un bosque, también medimos las horas de empleo que hacen falta para regenerar esa zona.
Esto implica muchas cosas: desde la preparación del terreno, la colocación del vallado, plantas, protectores, dar mantenimiento a esos bosques, regenerar la biodiversidad, etc.
Además de generar la parte ecosistémica, también queremos generar impacto social y económico.
Cada proyecto es un mundo y no todos necesitan los mismos datos. Cada empresa elige cómo quiere integrar el bosque en su modelo de negocio, y nosotros ayudamos a que ese modelo sea lo más ventajoso posible. Con cada empresa o negocio que busca nuestros servicios hay una conversación para conocer el encaje adecuado, aunque luego tengan a su disposición todas las métricas que analizamos. Acompañamos a cada árbol en todo su proceso de vida.
Dentro de la parte digital, hay una parte de eficiencia. Utilizamos herramientas de tecnología satelital, y realizamos un seguimiento por parte de las personas que contratamos. Como mínimo, nuestros datos están reforzados cuando hablamos del potencial de absorción de un árbol. La metodología aceptada hoy en día son 40-50 años. Ya depende de cada bosque y la zona donde se encuentre, pero hay que poner un tope para contabilizar cada árbol. Siempre se va a absorber más de lo que realmente se contabiliza.
Aquí hay diferentes actores que analizar. Cuál es el rol de los organismos reguladores, cuál es de las empresas como nosotros y cuál el de las empresas que llevan a cabo estas prácticas. Dentro de nuestras capacidades, al final es un impacto positivo y lo que buscamos es asegurar la mayor transparencia posible.
Lo importante no es solo que comuniques si haces algo bien para el planeta, sino cómo lo comunicas. Hay que evitar lanzar mensajes ambiguos y por supuesto no se puede engañar al consumidor.
Si has invertido tu dinero en reforestar – que no es algo barato –, decir que tienes un bosque con X árboles plantados, a mi ver, nunca debe ser algo castigado, pero ya es el consumidor el que decidirá si es algo suficiente o no. Creo que la crítica fácil siempre está ahí y hay que entender que estamos en un momento donde las empresas deben transicionar y que eso no se va a hacer de la noche a la mañana.
Por supuesto que hay que ser exigente, pero que las empresas acaben no invirtiendo ni un euro en proyectos como el nuestro, que van a dejar un impacto positivo duradero en la sociedad, por no aparecer en los medios y que así no se les critique por no ser aún perfectos, es una pena. Muchas veces se acaba ralentizando la transición por la crítica excesiva. Hay que impulsar el cambio de las empresas, no entorpecerlo. Y plantar bosques te aseguro que no es gratis, criticar sí lo es.
La idea es generar un movimiento colaborativo en el que todos nos “plantemos”. Nos gusta hablar de un movimiento que nos lleva hacia el cambio. Nuestra forma de entender los negocios es a través de un propósito y una visión clara: regenerar la naturaleza de una forma colaborativa y aprender a convivir con ella.
El movimiento es para que las empresas se unan en un propósito común. Nos vemos como una herramienta para que ellas formen parte del cambio. Es un plan que está en desarrollo y que engloba todo lo que hacemos: cualquier acción o iniciativa que hemos lanzado forma parte de él. Un ejemplo son nuestros embajadores.
Tenemos la suerte de estar en un punto estratégico, en estrecho contacto con líderes de la sostenibilidad, y conocemos a mucha gente muy interesante. Así se nos ocurrió la idea de juntarlos en una misma mesa y ponerlos a debatir. Está cogiendo mucha tracción, genera conocimiento y buscar así soluciones, además de ser una plataforma para impulsar buenas prácticas.
Aunque está por definir cómo lo haremos, en este primer desayuno se generaron 3 temáticas: financiación verde, cómo conseguir fondos de forma externa y mejorar la sostenibilidad en las empresas; la comunicación en sostenibilidad (greenwhasing); la cultura y la retención del talento a través de la sostenibilidad.
Siempre somos muy creativos en ReTree y nos gusta innovar y hacer cosas diferentes.